Los contratamos con poco tiempo de antelación, y, desde el principio, Jaime solo puso facilidades. Elegimos canciones de su repertorio y otras que no estaban y, sin ninguna pega, sacaron partituras y tocaron todo lo que les pedimos.
Hoy en día, tengo claro que nuestra boda sin ellos no habría sido tan especial, ya que pusieron la banda sonora perfecta al día. En el cóctel, los invitados estaban encantados. La única pena es que nosotros no les pudimos disfrutar como nos hubiera gustado... Así que, esperamos verlos en alguna otra boda en la que seamos invitados, ¡¡y no los novios!!